
Juntos
desde casa
La situación que vivimos desde marzo de 2020 a causa del COVID-19 ha hecho que todos tengamos que reinventarnos rápidamente. En Aladina no nos hemos quedado atrás y hemos adaptado gran parte de nuestros programas y actividades a esta “nueva normalidad” con el objetivo de que los niños con cáncer y familias a las que atendemos sigan sintiéndose arropados, cuidados y queridos por todo nuestro equipo, que se está volcando de forma extraordinaria y admirable.
Lamentablemente, los aladinos ya sabían lo que suponía estar aislados durante largos períodos de tiempo; el cáncer infantil es una enfermedad muy dura y una de sus consecuencias es el aislamiento temporal según la fase del tratamiento en la que se encuentre el paciente. Por ello, nuestra prioridad desde que comenzó todo ha sido paliar la sensación de soledad de los niños con cáncer y sus familias, tanto la de los que están en casa como los que están en el hospital.

Hemos conseguido que el calor humano, el cariño, la comprensión y el amor traspasen las pantallas para que nuestros pequeños guerreros, sus padres y hermanos sepan que nos tienen siempre a su lado. A través de terapias virtuales con perros y con caballos, talleres de cocina y manualidades, entre otros, juegos, y sesiones de relajación, yoga y mindfulness para padres, logramos que el proceso de la enfermedad sea menos duro para todas las familias.
Hasta que podamos volver a los hospitales como hacíamos antes, somos muy conscientes de que debemos esforzarnos sobremanera para conseguir que ningún niño enfermo, ni familia, pierda la sonrisa ni las ganas de luchar.