
“Nuestra vida cambió el 26 de Septiembre de 2018 cuando mi hija pasó de estar jugando con su hermano, a no poder ponerse de pie y convulsionar. Ahí supe que lo peor estaba por llegar. Esa misma noche el mundo se paró, el reloj se rompió y mi alma murió.
Ingresamos en el Hospital Materno Infantil de Granada, donde tras una resonancia nos comunican que es un tumor cerebral embrionario. Un tumor de los raros que sólo se han dado 100 casos en todo el mundo. No puede ser, esto no te puede estar pasando a tí.
Tras una excelente operación nos comunican que no pueden realizar el tratamiento en Granada, nos derivan a Madrid. Hospital Niño Jesús. Te vuelven a golpear fuerte en el pecho, debes irte con tu hija sola a Madrid y dejas a toda tu familia en Granada. En especial a tu hijo de 4 años que no sabes cómo explicarle el por qué de lo que está sucediendo. Haces las maletas y te vas. Te vas con más miedo aún del que ya tenías, te vas sola, te vas con la incertidumbre de qué va a pasar.
Pero te vas con tu hija, que es lo más grande que tienes y por la que sacarás fuerza de donde no las haya, risas de tus lágrimas y canciones de tus penas….. Todo por ella…. Llegas a Madrid y resulta que te encuentras una familia que te ayuda, que te abraza, que te consuela y que te mima. Me encuentro con madres fuertes, con madres coraje que están luchando con sus hijos, y me enseñan a afrontar esto. Me encuentro con Aladina, con Carlos, con Valeria y con un sin fin de voluntarios. Me arropan como si fuera de su familia. Y sobre todo hacen que mi hija ría, juegue y pase ratos bonitos. Eso es muy grande para mí.
Alejandra es una niña que nos ha enseñado lo que es fuerza, lo que es coraje, lo que es lucha y ganas de vivir. Y vamos a vivir, mi amor, vamos a vivir juntas muchísimos años. Por qué tú eres grande, mi pequeña. Eres muy grande. Juntas llegaremos victoriosas al final del camino. Juntas ganaremos esta batalla.
No me sueltes de la mano mi niña, porque sin tí me pierdo.
Gracias Aladina.
Gracias mamás de Santa Luisa”.