
«¡Hola! Soy Pili, mamá de David.
Con 6 meses, David tuvo un Retinoblastoma. Una mañana le vi un reflejo raro en el ojo derecho. Observé que la pupila no era negra, sino cristalina, y nos fuimos rápidamente al hospital. Nos quedamos ingresados en la planta de Oncología. Al segundo día, el tumor no solo crecía hacia dentro del ojo, sino hacia fuera; se le puso el ojito blanco a nuestro pequeño, ya no tenía su precioso color azul.
Los médicos nos dijeron que el ojo estaba prácticamente perdido y que solo tendría un 2% de visión después de la operación. No dudamos ni un segundo en decir que queríamos a nuestro hijo vivo, que no nos importaba que solo tuviera un ojo, pero lo queríamos sano y con nosotros.
Llegó el día de la intervención y fue una sensación tan extraña… teníamos un dolor inmenso porque le iban a quitar su ojito, pero a la vez sabíamos que era lo mejor para seguir con vida y, si era posible, sano. Una vez terminados los ciclos de quimioterapia, y ver que estaba bien de defensas, nos fuimos a Madrid 5 semanas para que le dieran protonterapia.
Ya han pasado 4 años y David sigue teniendo sus revisiones periódicas. En una de las sesiones de terapia nos hablaron de la Fundación Aladina y fue como un chute de energía.
Nos encanta hacer salidas con ellos, ya que podemos ir todos y juntarnos con otras familias que han pasado por algo parecido a lo nuestro. A través de la Aladina, David también está haciendo terapia con perros. Estamos muy agradecidos a Eva y Lara porque siempre están pendientes de nosotros, informando de todo y haciéndonos partícipes de cada salida en grupo. A pesar de las circunstancias, siempre hemos sido una familia muy unida y positiva. ¡Gracias, Aladina!